En Paris, una exposición impactante, diferente tanto en su concepción y contenido como en su escenografía
Haití: dos siglos de creación artística
Marianne de Tolentino
Nunca hubo en París una exposición tan extensa, tan completa y compleja de arte haitiano, presentada además en las galerías oficiales de mayor prestigio y
reservadas a muestras excepcionales, el “Grand Palais”. Organizada por la poderosa Reunión de Museos Nacionales, ha sido curada por dos especialistas bien conocidas por nosotros, Régine Cuzin y Mireille Pérodin-Jérome, ¡que trabajaron durante tres años entre la concepción del evento, la selección de los artistas y las obras, el enfoque museográfico, sin hablar de gestiones complejas para llegar a ese sitial y un total soporte económico!
Esta muy impresionante colectiva, una profusión de más de 150 piezas incuestionables, junta y alterna pinturas, esculturas, instalaciones, videos. Proponiendo las visiones más diversas, dimensiones usuales y extremas, materiales ilimitados e inesperados, da una impresión de talentos en total libertad, jamás regulados por parámetros, corrientes e “ismos” definitorios. Más avanza la visita, más cautivado se siente el espectador por un hechizo plural, constantemente renovado.
Señalaremos que, en ese conjunto tupido y riquísimo, el “art naïf” no sobresale ni se impone como la identidad estética haitiana -habitualmente considerada, sino la única, como su más genuina expresión-, si bien encontramos a los maestros cimeros, así Hector Hyppolite, Philomé Obin, Prospère Pierre Louis y por supuesto Préfète Duffaut. Obviamente, lo consideramos una atinada elección curatorial, una posición que rechaza una excesiva y cómoda identificación, simplemente la sitúa entre las varias manifestaciones de un arte popular original.
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